En 1961, la Sonora Santanera asistió a amenizar un baile escolar donde conocieron a una joven estudiante llamada Sonia López quien se animó a cantar y Carlos Colorado la invitó a unirse a la Sonora Santanera permaneciendo un año con la agrupación, para posteriormente seguir como solista. Sonia López nació en Ciudad de México, el 11 de enero 1944, cuyo nombre verdadero es Asmindia Sonia López Valdez, mejor conocida como la “Chamaca de Oro”. Su carrera inició cuando fue elegida para ser vocalista de la Sonora Santanera en 1961, ya que la agrupación buscaba a una mujer para ser parte del grupo, además de que el director artístico de la empresa Columbia la recomendó para hacer grabaciones con el ya famoso grupo. Sonia grabó con la Sonora Santanera el Álbum “Azul”, prácticamente todo el disco fue un éxito absoluto, donde todos los temas estuvieron en las listas de popularidad, como: “El nido”, El ladrón”, “Lo que más quisiera”, “Pena negra”, “Por un puñado de oro” y otros más. Fue necesario que sus padres firmaran permiso para que pudiera actuar. Al año siguiente emprendió exitosamente su carrera como solista, y logró colocar en altos índices de popularidad algunos boleros: “Enemigos”, “Castigo”, “No me quieras tanto”, etc. Nunca se supo en realidad cuál fue el motivo del rompimiento de Sonia López con la Sonora Santanera. Existen varias versiones: los salarios, los contratos en sus actuaciones, problemas con la casa grabadora y otros. Además de cantar con la Sonora Santanera también realizó grabaciones con el Trío los 3 Ases. Sonia López es una artista representativa de la música tropical en México y ha sido una inspiración para muchas artistas de la música tropical de ese país. En la actualidad se encuentra en un estado de semiretiro pero la toman mucho en cuenta para entrevistas y actividades propias del mundo del espectáculo de un ayer que no se olvida.
Una de las canciones más famosas de la Santanera es sin duda “Bomboro quiña quiña”, que se debe a la inspiración del también actor Jorge Zamora Montalvo “Zamorita”, quien nació el 19 de abril de 1928, en el barrio de Los Pinos, en El Vedado, La Habana, Cuba. Creció atraído por el deporte, en especial el béisbol, la música y la actuación. La responsabilidad y la necesidad lo obligaron a trabajar desde los ocho años. “No me puedo quejar, entonces jugaba con mis amigos en un camión que estaba abandonado, ahí hacíamos un teatrito… y así fui creciendo”. Recuerda su juventud en la isla, los primeros años en México y el paso por decenas de centros nocturnos, casas de cita, películas y la cantidad de comediantes con los que trabajó. Compositor, actor, bailarín, ha sido por mucho tiempo un agradable punto negro en la comedia mexicana. “Yo conocí México por José Antonio Méndez y porque fui amigo de Tin Tan, quien un día me dijo que cuando fuera a México lo buscara, así lo hice y me quedé aquí. Llegué como compositor y actor”. Como una máquina del tiempo, el compositor del chachachá “Señor juez”, “A esconderse que ahí viene la basura” y “Bómboro quiñá quiñá” se transportó a la etapa final de los cincuenta en México y a la vida nocturna que entonces se vivía: “Era una época económicamente muy buena y la más grande artísticamente; me acuerdo que desde el Tío Sam hasta Santa María la Redonda todo era una fiesta, tanto de día como de noche. “Al igual que todos en esos años, yo frecuentaba los centros nocturnos que estaban de moda, como el Waldorf Astoria o el Prado Floresta, y la gran cantidad de pistas de baile que había: el Swing Club, El Gran Vals y el Azteca; al final era costumbre amanecer en La Bola, pues era un lugar festivo en el que todos los artistas ahí nos reuníamos”. (Nota de Mario Villanueva en La Jornada del 21 de abril del 2000).
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