Otro vicio que aunque no conlleva la ingesta de alguna sustancia tóxica es el juego de baraja. Cuando el juego, sea de azar, de suerte, de habilidades o una mezcla de ambas, se convierte en vicio y conlleva dinero, se denomina ludopatía, que es una enfermedad de naturaleza progresiva y contaminante, incluso si los resultados del juego de ganar o perder, no dependen de la habilidad o destreza del jugador. Pasa de ser un ejercicio o juego recreativo sometido a reglas, a convertirse en una adicción patológica, muy difícil de suprimir. Es un vicio que atrapa, como si fuera el vicio de las drogas. Hace falta tener una enorme fuerza de voluntad, para salirse de la ludopatía. Todos los ludópatas creen que ellos van a dominar a la ruleta, a los naipes, a los dados, etc. Desde el mismo Estado se fomenta el vicio del juego, pues es una manera de que los ciudadanos poco formados, paguen impuestos voluntariamente. Muchas canciones populares se han escrito sobre este vicio y algunos de esos temas escucharemos este viernes. Por ejemplo, “Con que baraja vine perder”, de Francisco Vidal, en las voces y guitarras del trío Los Cadetes; “Cartas marcadas”, de Chucho Monge, en voz sorpresa; “La baraja marcada”, de Ernesto Cortázar y Juan S. Garrido, en la interpretación de Juanito Arvizu acompañado de la orquesta de Garrido.
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