Este viernes escucharemos dos interpretaciones de la orquesta de Antonio María Romeu. Nacido en Jibacoa, Cuba en 1876 y fallecido en 1955, el pianista, compositor y director de orquesta fundó su propia agrupación en 1910. La formación inicial fue: Romeu (piano); Feliciano Facenda (violin); Alfredo Valdés (flauta); Rafael Calazán (contrabajo); Remigio Valdés (timbal); Juan de la Merced (güiro). Era un grupo pequeño. En los años veinte la orquesta incluye a Francisco Delabart (flauta); Augusto Valdés (clarinete); Juan Quevedo (violin); Aurelio Valdés y Félix Vásquez (güiro); Antonio María Romeu hijo (violin); Pedro Hernández (violin); Dihigo (trompeta); Regueira (trombón) y José Antonio Díaz (flauta). En los años treinta se incorporaron todavía más músicos hasta formar todo una “big band”. No obstante, con el advenimiento de la Segunda Guerra Mundial y la caída del turismo la banda redujo su tamaño. El danzón fue desde sus comienzos en los años de 1870, un género instrumental, pero en los veinte las bandas empezaban a incluir cantantes. La banda de Romeu tuvo inicialmente a Fernando Collazo, y en los años treinta a Barbarito Diez. Desde el principio y a lo largo de su carrera Romeu empleó músicos de todos los tipos raciales como las orquestas cubanas habían hecho desde el siglo XIX. Al morir Romeu, la orquesta fue liderada por un tiempo por su hijo, también de nombre Antonio María Romeu, así como por Barbarito Diez.