La noticia de su fallecimiento la confirmó una de las orquestas más reconocidas de Venezuela y que fue con la que Morales se hizo famoso: la Billo’s Caracas Boys.
“Acaba de dejarnos nuestro Gitano Maracucho MEMO MORALES, qué lamentable noticia empezando el 2017. Te recordaremos siempre, Memo!”, escribieron en su cuenta de Twitter.
La evocación de su nombre comenzó a replicarse en el país, especialmente con la repetición de su canción más reconocida: “Ni se compra, ni se vende”, que cantó con la Billo’s en su época dorada.
Memo Morales fue conocido como el “Gitano de Maracucho”.
“Se nos fue Memo, el grande, nadie como él en su estilo, pasamos 5 años con Billo, recorrimos casi toda Vzla, buen viaje hermano querido!!”, escribió en su cuenta de Twitter el cantante José Luis Rodríguez, El Puma, quien fue compañero de Morales en la Billo’s en la década del 60.
El rey del pasodoble
El cantante, cuyo nombre completo era Guillermo Enrique Morales Portillo, nació el 6 de abril de 1937 en la ciudad de Maracaibo (por eso el apodo de Maracucho, como se conoce a los habitantes de esta zona en el noroeste de Venezuela), en el seno de una familia de músicos.
A los 8 años ganó su primer concurso de canto al interpretar el tango “Princesita rubia” y, cuando tenía 16, decidió dejar Maracaibo y trasladarse a Caracas donde trabajó en varias orquestas locales.
Pero su gran salto ocurrió en 1964, cuando Morales se unió a la Billo’s Caracas Boys, la famosa orquesta formada por Billo Frómeta en 1940 y que es considerada una de las “big bands” de la música tropical en América Latina.
“La niña Isabel” fue otro de los títulos famosos de Memo Morales.
Allí permaneció durante 12 años, en los que perfeccionó el estilo por el que sería reconocido: la reinterpretación de pasodobles en ritmos tropicales.
Era una propuesta que iba en línea con lo que buscaba el director de la orquesta: hacer ritmos bailables de temas clásicos, algo como una “guaracha sinfónica”, como lo definió el hijo de Frómeta a la revista colombiana “Don Juan”.
Así llegaron las reediciones de temas como “Que viva España”, “Se necesitan dos” y “Ni se compra ni se vende”.
La familia
Morales relató que la única vez que Billo lo llegó a regañar fue el día que le avisó que se iba de la orquesta: ocurrió en 1974.
La idea del cantante era afinar su estilo y dedicarse a ser solista. Con las canciones que lo habían hecho famoso y otras más en el repertorio, se fue de gira por Estados Unidos, lo que siempre fue considerado como un signo de éxito en su carrera.
Morales se hizo conocido por la interpretación tropical de clásicos pasodobles.
En varias entrevistas dio a entender la exigencia que había tenido para él la profesión, especialmente después de su salida de la Billo’s Caracas Boys.
“Si volviera a nacer volvería a ser músico, pero esta profesión es brava, hay que ser muy disciplinado y estar muy organizado para salir adelante”, le dijo a la televisión pública de Venezuela en una entrevista en 2013.
Después de pasar por varias orquestas (La Nuestra y la orquesta de Cheo y Memo, junto al cantante Cheo García), Morales buscó nuevos rumbos con la base de lo que él siempre consideró la parte más importante de su vida: su familia.
“Soy un gran amante de mi familia. No hay hermanos más unidos que mis hijos”, explicó al formar Organización Musical Memo Morales, en la que participaban tres de sus hijos, producto de su matrimonio con Alicia de Morales.
Era un infaltable en las fiestas de fin de año (“Año nuevo, vida nueva” fue uno de sus títulos más reconocidos) y por eso, a las 2:30 de la madrugada, estaba cantando en ese show de la Hermandad Gallega de Caracas, su último concierto, cuando se desplomó para decir adiós después de 55 años de vida artística.
Fuente:
BBC Mundo
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