En la sección La Cadena del recuerdo, y gracias a un anterior trabajo radiofónico de nuestro ya fallecido colaborador salvadoreño radicado en Venezuela Carlos Figueroa, escucharemos una semblanza de Rodolfo Enrique Cabral Camiñas, más conocido como Facundo Cabral, quien murió hace 8 años, el 9 de julio de 2011. Cantautor, poeta, escritor y filósofo argentino. Su propuesta artística resulta difícil de encasillar. Aunque compuso canciones y algunas de estas trascendieron a nivel hispanoamericano como “No soy de aquí ni soy de allá”, su obra también consistía en contar historias con una estética que entremezclaba la crítica social, sátira, misticismo, cristianismo, anarquismo, optimismo y hedonismo. Al momento de definir su trabajo, Cabral aseguraba que en vez de trovador o un contador de historia, él representaba lo que en la Edad Media se conocía como juglar −artista ambulante que ofrecía su espectáculo (música, teatro, literatura o charlatanería) a cambio de dinero. En los recitales que realizó, el compositor revelaba algunos aspectos personales de su vida como que no tenía hogar y que recorría el mundo viajando de hotel a hotel. Por eso se autodefinió como “vagabundo first class”. Cabral fue asesinado en Guatemala en julio de 2011 por sicarios que lo confundieron con un empresario vinculado al narcotráfico. La Unesco lo declaró en 1996 “Mensajero mundial de la paz” y fue nominado al premio Nobel de la Paz en 2008. Un día antes de su nacimiento, su padre se fue del hogar. Su madre y sus otros seis hermanos vivían en casa del abuelo paterno de Facundo Cabral, quien expulsó al resto de la familia. A la edad de 9 años, escapó de su hogar y estuvo desaparecido cuatro meses. Su propósito inicial era llegar hasta Buenos Aires para conocer al entonces presidente argentino Juan Domingo Perón, ya que tenía la referencia de que el mandatario “les daba trabajo a los pobres”.
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