Recordaremos a José Martín Becerra Ochoa, quien nació en Ocotlán, Jalisco, un pueblo en el extremo noreste del Lago de Chapala, el 2 de julio de 1912. Su padre, Casimiro Becerra, hizo monturas para ganarse la vida. Su madre, Virginia Ochoa, le enseñó a tocar la guitarra a una edad temprana. Ella fue quien animó a su hijo a trasladarse a Guadalajara, asegurándole que, “Si te quedas aquí en Ocotlán, nunca vas a nada”. Fue en Guadalajara que Martín hizo su debut en la radio en 1932 en una estación de radio. Martín Becerra formó diversos dúos, tríos y agrupaciones musicales.
Presentaremos media hora con el cantante puertorriqueño Virgilio Rabén, este cantante nació en la ciudad de Ponce, el 14 de abril de 1897 y falleció en la ciudad de Nueva York en el año de 1974. Rabén estudió canto con la insigne Amalia Paoli, pero necesitaba trabajar debido a la crisis económica de esos años y lo hizo como Contador Público. Se domicilió en Nueva York por 19 años donde conoció a Rafael Hernández. Fue poco conocido en México, pero grabó muchos temas de Agustín Lara y otros compositores mexicanos.
Oiremos diversas canciones populares cuya temática es el suicidio. Muchas de las personas ven el suicidio como la manera más corta y rápida de acabar con el sentimiento de dolor. Porque en realidad, la idea del suicidio no es querer morir, es querer perder el dolor.
En la sección Ay Jalisco no te rajes, Alberto Ramírez presentará una semblanza de Manolín y Shilinsky a través de una plática con el hijo de Manolín. Manuel Palacios Sierra y nació en la Ciudad de México el 25 de mayo de 1918. Fue uno de los cómicos que hizo la transición de las carpas al cine. Y de 1936 a 1940 formó el trío Alabama junto con Ernesto Cortázar y Lorenzo Barcelata. En 1940 Manolín se asoció con Shilinsky para después hacer películas y les tocó ser parte de la Época de oro del cine mexicano. Shilinsky, por su lado, se llamaba Estanislao Shilinsky Bachanska y nació en 1911 en Baisogala, Lituania. Él viajó a México para trabajar en un circo ruso.
Asimismo, escucharemos los acostumbrados garbanzos de a libra.