Nos recuerda nuestro amigo y matancerófilo en Medellín, Colombia, Eduardo Ceballos, que esta semana se están cumpliendo los 95 años de creación de la Sonora Matancera, legendaria agrupación cubana de ritmos tropicales. El 12 de enero de 1924, bajo la iniciativa de Valentín Cané y precisamente en su casa se formó el conjunto bajo el nombre de Tuna Liberal, a petición de un partido político local del mismo nombre que solicitó su formación para amenizar sus reuniones y mítines. En sus orígenes era una agrupación en la que prevalecían las cuerdas ya que era el momento del auge del “Son”, y para esto se requerían de cuatro guitarras acústicas. En el año de 1926 cambió su nombre al de Septeto Soprano. Ese mismo año acompaña en el coro a Eugenio Pérez, Carlos Manuel Díaz Alonso “Caíto”. En 1927 ingresa al grupo Rogelio Martínez Díaz, El gallego, por recomendación de Caíto; más adelante Martínez sería su segundo director. En ese mismo tiempo se le cambia el nombre al conjunto pasando a ser Estudiantina Sonora Matancera. Con mucho deseo de superación en todo el grupo viaja a La Habana donde se ponen en contacto con la compañía discográfica “RCA Víctor” y hacen su primera grabación el 12 de enero de 1928 en formato de 78 rpm. Iniciando la década del treinta, la agrupación empezó a adaptarse a los nuevos ritmos que aparecían por la época como también adaptando nuevos instrumentos, es el caso del piano de cola, que fue tocado por primera vez en el conjunto por Dámaso Pérez Prado, quien años después sería el Rey del Mambo. En 1935 la agrupación adopta el nombre de La Sonora Matancera. En 1938 se retira Dámaso Pérez Prado y deja la vacante en el piano a Severino Ramos quien desde 1944 hasta 1957 se convertiría en el principal arreglista musical del conjunto.
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