Hace 145 años, el 24 de agosto de 1869, falleció Macedonio Alcalá, quien fue un violinista, pianista y compositor mexicano recordado hoy en día especialmente por su composición del himno “Dios nunca muere”. Macedonio Alcalá nació en la Ciudad de Oaxaca el 12 de septiembre de 1831. Desde temprana edad mostró interés hacia la música y comenzó a asistir a la escuela fundada por el profesor José Domingo Martínez. Algunos años después se mudó a Yanhuitlán. El 30 de julio de 1854, a la edad de 23 años, Alcalá contrajo nupcias con Petronila Palacios de 21 años, originaria del mismo lugar. Ellos tuvieron tres hijos, dos varones y una mujer. Aunque él era reconocido como un músico consumado, no era capaz de ganar suficiente dinero en su profesión para mantener a su familia. Esto lo llevó a la depresión y al alcoholismo e incluso contrajo algunas enfermedades. Durante su convalecencia, una delegación de indígenas de un poblado cercano, Tlacolula, llegaron para solicitarle que compusiera un vals en honor a la Virgen María, patrona de la población. Aunque seguía lejos de estar bien, Alcalá trabajó arduamente en el vals, “Dios nunca muere”. La gente de la población quedó muy complacida con la composición. Macedonio murió en Oaxaca en 1869, a la edad de 37 años. Después de su muerte, su hermano Bernabé publicó el vals “Dios nunca muere” bajo su nombre, pero los nativos de Tlacolula protestaron y demostraron que el trabajo era obra de Macedonio. El vals es hoy, aunque no de manera oficial, el himno de Oaxaca.
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