Este viernes recordaremos a José Alfredo Jiménez, a 93 años de su nacimiento, quien vivió con los excesos y tentaciones del medio artístico. Paloma, esposa paciente, soportó en un principio sus frecuentes y prolongadas ausencias, pero hacia 1960 el abandono y los amoríos de José Alfredo se volvieron intolerables por lo que decidió separarse de él. No obstante, el matrimonio nunca se disolvió y el cantautor se mantuvo siempre pendiente de su familia. Vivió en unión libre con María de Jesús Medel con quien procreó tres hijos y formó una segunda familia. Para entonces, su fama como mujeriego, a veces real y otras imaginaria, se extendía. En 1968 le diagnosticaron cirrosis hepática, pero recayó en la bebida a pesar de que podía conducirlo a la muerte. José Alfredo murió el 23 de noviembre de 1973. José Alfredo Jiménez nació el 19 de enero de 1926. Su padre, farmacéutico de profesión, estableció en 1900 la primera farmacia de Dolores Hidalgo: la botica “San Vicente”. Hombre sensible, quien gustaba del placer de la literatura y la música, organizaba veladas en las que se reunían músicos, poetas y políticos. La infancia de José Alfredo se desarrolló en el apacible entorno provinciano de Dolores, en tanto que el bohemio ambiente familiar, en el que se escuchaba la música de los compositores y cantantes de moda, estimuló su sensibilidad artística. Cuando José Alfredo tenía apenas diez años murió su padre y la botica cayó en bancarrota, por lo que la familia se mudó a la Ciudad de México, estableciéndose en la colonia Santa María la Ribera. La precaria situación económica provocó la desintegración de la familia y obligó a José Alfredo a dejar los estudios al terminar la primaria y realizar diversos trabajos para sostenerse. Ya cerca de los veinte años, en su tiempo libre jugaba fútbol como portero del equipo “Oviedo”, de donde saltó, aunque por un breve período, a la primera división con el “Marte”.
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