Se cumplen 83 años del fallecimiento de Carlos Gardel, ocurrido el 24 de junio de 1935. Durante su infancia y adolescencia, Gardel vivió en paupérrimas casas de inquilinato o conventillos, ubicados en el barrio de San Nicolás: primero en Uruguay 162 y luego en Corrientes 1553. Con sus primeros ingresos como músico profesional en 1914 se mudó, siempre con su madre, a un departamento modesto en la calle Corrientes. El barrio en el que Gardel se crio es la zona de los teatros porteños que tiene su eje en la calle Corrientes, luego transformada en avenida. Eso le permitió desde muy chico estar en contacto con el mundo teatral. Su madre trabajaba planchando ropa, a veces para algunos de esos teatros, y él mismo fue reclutado por un personaje conocido como «Patasanta», que organizaba claques de aplaudidores en los teatros, cobrando dinero por prestar ese servicio. Con la «troupe de animadores» de Patasanta, Gardel fue claque, utilero y comparsista (extra), a cambio de poder asistir a los espectáculos y recibir entradas. De esta manera logró estar en contacto con actores y cantantes, de quienes imitaría los ejercicios de vocalización y otras conductas que serían de importancia para su futura formación artística. Entre muchos otros empleos informales, se desempeñó como tramoyista en el Teatro de la Victoria, donde escuchó al zarzuelista español Sagi Barba, con quien incluso llegó a tomar sus primeras lecciones informales de canto, y en 1902 pasó al Teatro Ópera, donde conoció al barítono italiano Titta Ruffo. En esa época, siendo ya un adolescente, comenzó a frecuentar el barrio del Abasto, un barrio popular recién organizado alrededor del entonces nuevo mercado, abierto en 1893. Los hermanos Traverso, liderados por Constancio, dominaban políticamente el barrio del Abasto. El joven Gardel fue un protegido de los hermanos Traverso, que valoraron desde un inicio la calidad de su canto.
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