Este viernes recodaremos la voz bolerística y vernácula del guerrerense Fernando Rosas. El popular cantante, que nació en San Jerónimo de Juárez, estado de Guerrero, el 18 de abril de 1915. Tuvo desde pequeño la necesidad de buscarse la vida “a como diera lugar”. Siendo aún muy joven se trasladó a ese hermoso paraíso del Pacifico que se llama Acapulco, y ahí encontró la manera de ganarse unos centavos mediante las imprescindibles “boleadas”. Más tarde fue chofer de ruleteo, siempre llevando en su corazón el deseo de convertirse en artista y guiado por una inquebrantable fe en sí mismo, decidió probar fortuna en la Ciudad de México. El escollo más grande que debe vencer un artista desconocido es el de lograr la primera oportunidad, y así sucedió con Fernando. Mientras esperaba esta oportunidad, trabajó primero como policía y después como cartero, hasta que al fin se le presentó el tan ansiado momento mediante una prueba en la difusora XEQ y supo aprovecharla consiguiendo un contrato. Convertido ya en artista de radio, los éxitos de Fernando Rosas no se hicieron esperar, y así surgieron “Traigo mi 45” y “Hoja Seca” que lo consagraron definitivamente. Estuvo durante varios años en Estados Unidos, actuando en teatros y en la radio del vecino país. Pero Fernando sintió nostalgia, quiso reconquistar el sitio que había dejado al alejarte de su patria y emprendió el viaje de regreso. Después de permanecer ausente por muchos años fuera de México, fue contratado para actuar en los principales teatros y centros nocturnos dela capital y al mismo tiempo grababa las canciones rancheras y cómicas “Cartas a Eufemia”, “El Papalote”, “Pénjamo”, “Pesos sobre Pesos” Y “El saxofón”, logrando su segundo éxito en su país y Estados unidos. Fernando Rosas, El Ruiseñor de Guerrero murió el 9 de octubre de 1959.
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