Desde Chile presentaremos a la orquesta de Francisco Ojeda: inicialmente la escucharemos con el tema “La negra Tomasa”, acompañando a los Huasos Quincheros, posteriormente presentaremos a Francisco Flores con la orquesta de Ojeda con el tema “Yo quiero tener un bote”. Federico Ojeda fue director de la Sinfonieta, la orquesta más famosa en el Chile de la década del cuarenta y parte del cincuenta. Acompañante excelsa de todas las luminarias internacionales que visitaban Santiago de agitadísima vida nocturna y exitosos programas radiales en vivo. Muchas estrellas de primer nivel fueron acompañados por Federico Ojeda y su doña orquesta, la que llegó a tener treinta músicos, número que hoy nadie podría financiar, y que se acabó cuando “los violines dejaron de tener alma, porque se convirtieron en un sonido envasado dentro de un teclado electrónico”. En los cuarenta abundaban las buenas orquestas en Chile. A la de Federico Ojeda, entre otras, le hacían cototo la de Izidor Handler, un violinista judío-polaco que llegó a Chile contratado por los famosos Establecimientos Oriente y pasó a la historia de la música como fundador de la Sinfónica de Viña del Mar. También la de Vicente Bianchi, el después famoso director de coros. La del músico polaco Stefan Tertz, que fue primer violinista de la Filarmónica durante décadas y se retiró octogenario. Y la de Lorenzo D’Acosta, autor de “Pelado cabeza de tuna”. La de mayor importancia, sin duda, fue la de Federico Ojeda, porque estuvo en casi todas las radios con shows destacables: Corporación, Minería, Agricultura, Cooperativa Vitalicia. Ojeda musicalizó los poemas de Gabriela Mistral y grabó y compuso éxitos, como La raspa. (Información tomada de: De la Sinfonieta a la Huambaly, escrito por Ximena Torres Cautivo, Revista El Sábado, Diario El Mercurio).