Texto: Jaime Rico Salazar
Esta obra es uno de los documentos más importantes que se han escrito sobre la historia de la canción colombiana. Lo poco de la vida y obra de Pedro Morales Pino lo supimos nosotros por Heriberto Zapata Cuéncar en su pequeño e importante libro sobre los Compositores Vallecaucanos. Y Heriberto conoció esta información a través de Temístocles Vargas en Manizales. Siempre me pregunté porque Temístocles sabía tanto de la vida de Pedro Morales Pino y lo pude descubrir. Esa es otra historia interesante. Pero en esta información hay muchos vacíos que crearon muchos interrogantes. Busqué a don Augusto Morales Pino, hijo del compositor pero no me resolvió nada, yo estaba mejor informado que él. Después de que falleció se encontró un baúl en la mansarda de su casa y en el fondo se encontraba el álbum artístico que elaboró Pedro Morales Pino en vida. Y don Augusto nunca supo de su existencia. La señora María Eugenia Morales, hija de don Augusto me entregó el archivo para hacer su biografía. Y gracias a ella fue posible establecer con detalles todos los pormenores de su vida personal y artística. Cientos de recortes de periódicos desde 1884 en adelante hasta que falleció.
Para empezar, encontré el documento más importante para conocer el sitio de nacimiento: la partida de bautismo que solicitó desde Guatemala en el año 1904 a la diócesis de Ibagué para completar la documentación que le pedían las autoridades eclesiásticas de ese país para contraer matrimonio con Paquita Llerena. Documento que ratificó la partida de bautismo que yo encontré en los archivos de la Catedral de Ibagué y que varias personas aseguraban que esa no era la partida de bautismo de PMP, que dice…“En Ibagué a veintricuatro de febrero de mil ochocientos sesenta y tres: yo, el Cura Párroco bauticé puse óleo y crisma a un niño que nació el veintidós del corriente y llamé Pedro José Pascacio de Jesús,…” El documento claramente dice que fue bautizado el día 24 y que nació el 22… Es pues completamente imposible que hubiese nacido en Cartago y bautizado en Ibagué… En 1863 para viajar de Cartago a Ibagué se gastaban 5 a 6 días a caballo o en la espalda de los silleteros a pie, para hacer la travesía de la cordillera central, si había buen tiempo…Por supuesto, que a los gamonales cartagüeños no les gustó que hubiera encontrado ese documento…y quisieron desconocerlo, pero ellos no tienen una partida de bautismo que acrediten el nacimiento de PMP en esa ciudad… Y la historia se hace con documentos, lo demás es pura “paja” (para no decir una palabra grosera).
En el libro quedo reflejada la vida artística de PMP con todos los detalles que los recortes de los periódicos de todos los países que visitó en sus giras y unas fotografías que nunca habíamos visto. Con la vida de PMP nace la historia escrita de la canción colombiana, lo que hay antes de él son historias contadas sin ninguna documentación…Hernán Restrepo Duque lo dice en el prólogo que le escribió al libro de La Canción Colombiana y su historia: “Ahora, cuando te metiste en esos líos de escarbar en la gesta de nuestro cancionero popular habrás confrontado, seguramente, esa terrible ausencia de documentos, distintos a la memoria de algún sobreviviente de aquellas cada vez más lejanas ocurrencias y escasos y casi siempre muy líricos y emocionados artículos que impresionan y hasta enternecen pero que no enseñan absolutamente nada. Habrás comprobado con toda seguridad, mi querido Jaime, cómo todo ese montón de poetas, literatos, cronistas, gramáticos del siglo anterior y principios del presente nos dejaron- a oscuras de sus experiencias en materia de música popular, -que las tuvieron eso sí, las tuvieron casi todos, como buenos parrandistas que fueron- y permitieron que pasaran los años sin contarnos algo positivo sobre la vida de aquellos trovadores, músicos y ejecutantes que construyeron ese edificio inmenso que se alza sonoro sobre nuestras tradiciones, sin noticias de su historia y sus vagabundajes.
No se han glorificado con su debida justicia, se juzga sólo a nivel de patriada las apasionantes
aventuras de Pelón y Marín, por ejemplo, abriendo trochas colombianistas en Cuba y Yucatán hasta
impresionar con sus bambucos a un México vibrante y revolucionario, ni al peregrinar constante de Alejandro Wills y Alberto Escobar…”
Lo mismo sucedió con la vida de Alejandro Wills y Alberto Escobar. Recorrieron la América entera desde Nueva York hasta Buenos Aires cantando las canciones colombianas, pero no sabíamos nada más. Al encontrar los dos álbumes artísticos que organizó en vida, se pudo conocer a través de los cientos de recortes de los periódicos de los países que visitaron todos los detalles de esas giras, también con unas fotografías maravillosas que nunca habíamos visto. El hallazgo de esos álbumes también fue otra odisea que tiene historia aparte. Y la única persona que los ha tenido en sus manos en Colombia es Jaime Rico Salazar. Hernán Restrepo Duque conoció la existencia de esos álbumes porque los vio, pero no se los quisieron enseñar y él fue, el que me dijo quien los tenía: Guillermo Amado, tiplista del Cuarteto Luis A. Calvo. Y después de perseguirlo durante 6 años conseguí que me los enseñara y fotocopiara. El señor Amado se fue a vivir a Los Ángeles (California) y allá falleció hace un año, y hoy ya no sabemos en dónde quedaron los álbumes, pero yo tengo las copias de los mismos.
Es pues, la obra de “Pedro Morales Pino, la Lira Colombiana y Wills y Escobar” la UNICA obra en Colombia que cuenta la historia de cómo nació la canción colombiana en la vida de estas dos grandes figuras de nuestra música…
Las personas que tengan interés en adquirir la obra se pueden comunicar con Jaime Rico Salazar en jaimericos@hotmail.com El libro no se consigue en librerías. Solamente quedan algunos ejemplares.
Muy loable que Don Jaime Rico Salazar investigue y documente la historia de la canción colombiana y por consiguiente, de sus compositores e intérpretes.
La música, desde México hasta el sur del Continente, tiene mucha similitud y nos identificamos con ella; tal vez porque su origen casi fue el mismo y la diferencia la encuentro en los ritmos, los instrumentos y en la cultura de cada país.
Lo felicito Don Jaime. Saludos.