2 comentarios en «Hasta que el Cuerpo Aguante del 17 de NOVIEMBRE 2017. Pedro Infante nació hace 100 años.»
En este programa volví a escuchar la bonita canción “A media noche”, con los Montañeses del Álamo y también al dueto formado por Lupe y Raúl con “Alma mía”; pero se volaron la barda con las canciones de Pedro Infante y sobre todo con la presentación de su última entrevista.
Pedro infante fue un cantante, un actor y una persona “fuera de serie”. De 1962 a 1967 trabajé en un cine de mi pueblo (Tuxpan, Nayarit), grande, descubierto (nada más de noche había funciones) y en forma de herradura. Tenía una pantalla gigantesca y las imágenes se veían muy nítidas. Recuerdo que cuando se proyectaban películas de Pedro Infante la capacidad del cine (Cuauhtémoc) resultaba insuficiente y como era permanencia voluntaria la gente se retiraba hasta que aparecía en la pantalla FIN de la última película (se pasaba la 1a. luego la 2a. y se repetía la 1a.).
FELICIDADES Don Ernesto. Otro 100 por este bonito programa.
Reciban mis deseos de salud, felicidad y éxito desde Cd. Juárez, Chihuahua, México.
Buenas tardes y quiero comentar de mi gran Pedro Infante en su recién aniversario luctuoso, ya con 90 años de edad, y casi empiezo a perder la vista, pero afortunadamente mi mente guarda los recuerdos de mi juventud, ahora que ya no salgo pues con esta pandemia del Covid 19,(Dios nos guarde a todo el mundo) lo mejor es estar en mi vivienda y disfrutar de estos hermosos programas de “Hasta que el cuerpo aguante”, soy seguidora desde hace tiempo y gracias a mi sobrino que me ayuda en la computadora es que puedo seguirlos y también escribirles. Volviendo a Pedrito Infante, en sea época había una feria rodante como se les decía así a las ferias que iban de barrio en barrio, ahí el la calle de San Antonio Tomatlán, donde nací y viví toda mi niñez y juventud por el rumbo de la Merced, y en aquel 15 de abril de 1957 yo con 27 años de edad recuerdo como si ahora lo volviera a escuchar a través del altavoz de la feria PEDRO INFANTE HA MUERTO!!! En la vecindad donde vivía y en todo México se corrió la noticia como reguero de pólvora y sobre todo en el patio se instaló un radio donde daban los locutores de todas las radiodifusora los detalles del accidente, muchas lloraron y la tristeza nos embargó a la gran mayoría de los inquilinos. Comentaré que una amiguita del interior 16 de nombre Jovita Solano, realizó el novenario mortuorio en su nombre, llegábamos puntuales a las siete de la noche, vestidas de luto como se usaba asistir a los velorios y a los panteones, con la falda larga una cuarta abajo de la rodilla y con el velo negro también cubriendo bien la cabeza, todavía no era admitido el las familias mexicanas conservadoras la falda corta ni los escotes en las blusas, de hecho así con ese recato y pudor asistiamos a los ritos religiosos de la Iglesia Católica y al final del rezo se convidaba a los asistentes café, atole y pan dulce en verdad como si se tratara de un familiar nuestro. Algo que siempre lamenté fue no haber asistido a las honras fúnebres en el panteón debido a que tenía a mi cargo en ese momento a mi abuelita muy enferma y quien falleciera una semana después a los 104 años. Gracias por poder dejarles este otro testimonio de lo que como he mencionado en otros espacios de este mismo programa, me tocó vivir en esta hermosa Ciudad de México y que muchas cosas han sufrido cambios muy drásticos. Un abrazo con todo mi corazón!!!!
En este programa volví a escuchar la bonita canción “A media noche”, con los Montañeses del Álamo y también al dueto formado por Lupe y Raúl con “Alma mía”; pero se volaron la barda con las canciones de Pedro Infante y sobre todo con la presentación de su última entrevista.
Pedro infante fue un cantante, un actor y una persona “fuera de serie”. De 1962 a 1967 trabajé en un cine de mi pueblo (Tuxpan, Nayarit), grande, descubierto (nada más de noche había funciones) y en forma de herradura. Tenía una pantalla gigantesca y las imágenes se veían muy nítidas. Recuerdo que cuando se proyectaban películas de Pedro Infante la capacidad del cine (Cuauhtémoc) resultaba insuficiente y como era permanencia voluntaria la gente se retiraba hasta que aparecía en la pantalla FIN de la última película (se pasaba la 1a. luego la 2a. y se repetía la 1a.).
FELICIDADES Don Ernesto. Otro 100 por este bonito programa.
Reciban mis deseos de salud, felicidad y éxito desde Cd. Juárez, Chihuahua, México.
Buenas tardes y quiero comentar de mi gran Pedro Infante en su recién aniversario luctuoso, ya con 90 años de edad, y casi empiezo a perder la vista, pero afortunadamente mi mente guarda los recuerdos de mi juventud, ahora que ya no salgo pues con esta pandemia del Covid 19,(Dios nos guarde a todo el mundo) lo mejor es estar en mi vivienda y disfrutar de estos hermosos programas de “Hasta que el cuerpo aguante”, soy seguidora desde hace tiempo y gracias a mi sobrino que me ayuda en la computadora es que puedo seguirlos y también escribirles. Volviendo a Pedrito Infante, en sea época había una feria rodante como se les decía así a las ferias que iban de barrio en barrio, ahí el la calle de San Antonio Tomatlán, donde nací y viví toda mi niñez y juventud por el rumbo de la Merced, y en aquel 15 de abril de 1957 yo con 27 años de edad recuerdo como si ahora lo volviera a escuchar a través del altavoz de la feria PEDRO INFANTE HA MUERTO!!! En la vecindad donde vivía y en todo México se corrió la noticia como reguero de pólvora y sobre todo en el patio se instaló un radio donde daban los locutores de todas las radiodifusora los detalles del accidente, muchas lloraron y la tristeza nos embargó a la gran mayoría de los inquilinos. Comentaré que una amiguita del interior 16 de nombre Jovita Solano, realizó el novenario mortuorio en su nombre, llegábamos puntuales a las siete de la noche, vestidas de luto como se usaba asistir a los velorios y a los panteones, con la falda larga una cuarta abajo de la rodilla y con el velo negro también cubriendo bien la cabeza, todavía no era admitido el las familias mexicanas conservadoras la falda corta ni los escotes en las blusas, de hecho así con ese recato y pudor asistiamos a los ritos religiosos de la Iglesia Católica y al final del rezo se convidaba a los asistentes café, atole y pan dulce en verdad como si se tratara de un familiar nuestro. Algo que siempre lamenté fue no haber asistido a las honras fúnebres en el panteón debido a que tenía a mi cargo en ese momento a mi abuelita muy enferma y quien falleciera una semana después a los 104 años. Gracias por poder dejarles este otro testimonio de lo que como he mencionado en otros espacios de este mismo programa, me tocó vivir en esta hermosa Ciudad de México y que muchas cosas han sufrido cambios muy drásticos. Un abrazo con todo mi corazón!!!!