Por Óscar Botero Franco *
Sinceramente, nunca me gustó la voz, ni el estilo, ni las canciones del recién desaparecido Darío Gómez, llamado “El rey del despecho”. Pero debo aceptar que fue un ídolo popular, que vendió cantidad de discos y que llenó aquellos sitios donde se presentaba.
Nunca hice amistad con Darío, para él seguramente fui un desconocido, a pesar de que estoy próximo a cumplir 52 años de trayectoria profesional en este campo del periodismo y de la investigación musical y que laboré en dos de las empresas donde él realizó grabaciones discográficas.
Cuando presté mis servicios a la compañía Codiscos, muy pocas veces nos cruzamos dentro de las oficinas, además, él era del director artístico del sello “Vereda”, especializado en esa música mal llamada “guasca” o de “carrilera”, género sobre el cual yo no hacía ninguna crónica para esa disquera.
Hay una anécdota muy simpática sobre esa época: Francisco “Pacho” Bolívar era el director artístico del sello “Musart” de México, representado en Colombia por Codiscos. Algún día viajó al país azteca para asistir a una convención y trajo una botella de tequila para compartirla con sus compañeros después de terminar labores. Estábamos reunidos en la oficina de Promoción y Publicidad, en los estudios de Codiscos ubicados El Poblado, cuando entró Darío a la oficina y le dijo a “Pacho” que él quería probar de eso, a lo cual, éste le contestó muy jocosamente: “No mijo, se le ampolla la jeta”. Años después, “Pacho” Bolívar fue empleado de Darío en “Discos Dago”. La vida da cambios.
Estando yo viviendo en la ciudad de Quency, cerca de Boston, en el estado de Massachussets (USA), cualquier día me llamó telefónicamente mi entrañable amigo Carlos Quintero Arroyave (Q.E.P.D), una de las mejores voces de la radio y la televisión en Antioquia y quien además de producir un espacio radial en Boston, tenía su academia de expresión en East Boston y, además, era presentador de eventos artísticos en todos aquellos sitios de esparcimiento donde lo contrataban. Pues bien, la llamada era para invitarme a la presentación de Darío Gómez en un reconocido lugar, teniendo como “teloneros” (expresión que tampoco me gusta) a un muchacho que apenas se iniciaba en el mundo de la música y al humorista “Jeringa”. Cuando Darío se montó a la tarima, el ánimo de los asistentes, que ya tenían unas cuantas copas de licor entre pecho y espalda, aumentó. Después de una buena tanda de canciones de “despecho”, la gente pedía música parrandera y Darío los complacía. Nadie miraba el reloj, era de madrugada, hasta que llegó la policía y ordenó finalizar el espectáculo, pues ya se había cumplido la hora en que debía terminar. En menos de 10 minutos todo quedó desierto. Fue la única vez que presencié un concierto de Darío Gómez, en vivo.
Y me llamó la atención, que antes de subirse a la tarima, Darío se entretenía con uno de sus músicos jugando una partida de ajedrez y tomándose un whisky,
porque aún los artistas más experimentados siguen sufriendo del llamado “pánico escénico”, o sea, cuando los nervios se apoderan hasta de los más fuertes y necesitan relajarse haciendo alguna actividad.
En otra ocasión recibí una llamada telefónica en mi oficina, era de parte de Darío, que sabiendo de antemano que yo poseía los discos de larga duración que él había grabado para Codiscos, me proponía comprarlos. Le dije que podía al día siguiente enviar por ellos, porque, a decir verdad, no me interesaban. Me retribuyó el favor regalándome un disco compacto con sus éxitos, pero ni siquiera lo autografió, hoy, sería un buen recuerdo. Testigo de esto fue el señor Leopoldo Arango, quien se desempeñaba como promotor en la disquera del artista, “Discos Dago”.
Pero ahora que el señor Darío Gómez ya descansa en paz, si es que acaso lo dejan sus contradictores, habiendo emprendido el viaje sin regreso el pasado 26 de julio, se ha desatado una campaña mediática que personalmente me parece injusta y mal intencionada, pues se ha pretendido afirmar que el tema “Nadie es eterno”, que fue el más grande éxito musical del artista de San Jerónimo, realmente no es de su autoría.
Se dice que la obra presuntamente pertenece al tumaqueño Tito Cortés, quien la grabó en 1950, pero, ¿dónde están las pruebas? No basta con mostrar una carátula de un disco compacto (CD), hay que enseñar el disco a 78 o 45 rpm, conocer el sello o marca donde se grabó y la respectiva referencia. También se le atribuye la presunta autoría a un personaje anónimo que reside o residió en el barrio Manrique de Medellín. Y la pregunta del millón, ¿por qué Tito Cortés, quien falleció apenas en 1998, nunca reclamó esos derechos, como tampoco lo hizo el señor de Manrique?
He encontrado en ese mar de comentarios uno muy atinado de un señor que dice llamarse Juan Carlos Gaviria, del grupo Amantes del tango, quien afirma que fue amigo personal de Darío y también de Tito, con quien dice realizó algunas grabaciones, y que nunca escuchó un comentario al respecto. Además, da algunas explicaciones de tipo técnico para argumentar que la versión de Tito puede ser del año 1990 y no del 1950, pues él mismo dice que hay personas “que disfrutan haciendo daño e inventando falsedades”.
Repito, no fui admirador ni amigo de Darío, ni recuerdo haber escrito nada sobre su carrera artística, pero sí considero que debe haber un respeto por ese personaje que tantas satisfacciones causó a sus seguidores, o fanes, como dicen ahora. Hay editoras de música, y sociedades como Sayco y Acimpro que podrían entrar a mediar en esta incómoda situación. Y finalmente, creo que hasta la justicia ordinaria podría intervenir en este asunto y dejar sentada una posición al respecto.
Hay un pequeño detalle que no quiero omitir. Hace algunos años, cuando todas las disqueras incrementaron el valor de los discos en sus diferentes formatos, “Discos Dago” no lo hizo, pensando en favorecer a sus compradores, y “Nadie
es eterno” elevó las cifras en ventas. Ahí estaba la visión para los negocios, tanto de Darío como de su esposa Olga Lucía Arcila.
En el mundo de la música estos incidentes de posibles o presuntos plagios se han conocido desde hace muchos años atrás, y no habían causado el impacto mediático que hoy produce “Nadie es eterno”, obra grabada entre otros por Antonio Aguilar, Arelys Henao, Tito Rojas, Farid Ortiz, Pepe y Leonardo Aguilar, y lógico, por el propio Darío Gómez.
En este punto, quiero hacer una anotación. Hace algunos años, cuando “Nadie es eterno” estaba sonando por doquier, yo viajé a México, y el señor Otoniel Cardona Urán, gerente de “Discos Victoria” me pidió llevar una grabación del citado tema al señor Luis Alberto Sanmartín, gerente de una importante compañía discográfica en el país azteca, con el ánimo de que la escuchara y estudiara la posibilidad de que fuera grabado por algún artista de su disquera. El ejecutivo escuchó el tema varias veces en mi presencia, pero lo descartó, no le gustó y nada se hizo. A los pocos meses, “Musart”, seguramente por solicitud de Codiscos, lo presentó en la voz del inolvidable Antonio Aguilar.
Nuestro poeta Tartarín Moreira (Libardo Parra Toro) también pecó por haber “plagiado” algunas composiciones; el maestro Camilo García (Dueto de Antaño) figuró como autor y compositor de “La lancha”, no siendo de él y el gran artista paraguayo; don Samuel Aguayo, figuró como autor de “Noches del Paragüay”, cuando realmente pertenece a Pedro José Carlés. Y hasta Carlos Gardel apareció figurando en algunas etiquetas de sus discos como autor de unos temas colombianos (ejemplo, “Mis flores negras”). O recordemos el incidente de Crescencio Salcedo, quien afirmó haber compuesto “La múcura”, pero en las etiquetas discográficas aparecía el nombre de don Antonio Fuentes. Y cosa similar acontece con “Bodas negras”, “El zorzal”, “Fúlgida luna”, etc., etc.
Darío Gómez Zapata, “El rey del despecho”, ¡merece y debe descansar en paz!
*Periodista e Investigador Musical
Medellín, agosto 2 de 2022.
Muchas felicidades por este excelente articulo.
Otro cantante que grabo la cancion “Nadie es eterno”, es el señor Segundo rosero.
Muchos Saludos
Un artículo muy bien escrito por Óscar Botero, un gran periodista que conoce a fondo el medio artístico. Efectivamente son muchos los plagios que se han presentado en todas las épocas, pero no es justo que después de la muerte de Dario Gómez se ponga en duda la autoría de nadie es eterno. Porque no se cuestionó el tema cuando el autor estaba vivo.
La señora Amparo Tabares, hija del gran músico, “El Zurdo” Tabares, dice: “Te felicito mi don Óscar, tienes un alto conocimiento de él…”
El señor Francisco Sierra, propietario de la disquera “Colmúsica”, envió este mensaje: “Querido Óscar, excelente tu comentario…Valoro y admiro tu calidad periodística…”
El periodista Reinaldo Vélez, autor de 4 libros sobre el ámbito musical y radial agrega: “Qué buen artículo. Felicitaciones”.
El señor Alexander Fernández, miembro de la Corporación de Coleccionistas de Música de Envigado escribió: “Excelente artículo. Muchas felicidades”.
Excelente y bien cimentado su artículo,maestro Oscar Botero; con juicio y razón buscando siempre la verdad en sus escritos, felicitaciones
Don Francisco Sierra aclara que la gestión para que Antonio Aguilar grabara ‘Nadie es eterno’ en la Musart de México, la hizo el señor Javier García.
Siendo mi padre, creo que pocas veces me he detenido a leer sus artículos. Mucha clase y estilo en ellos. Felicidades!
Excelente el escrito de don Óscar Botero Franco. Una vez más, muestra que es un profundo conocedor de la farándula, específicamente en lo que a la música se refiere. El hecho de que don Óscar no haya sido amigo de Darío Gómez ni de su música (tampoco a mí me gusta) no impide que en forma imparcial plasme en pocas palabras lo que hay que decir sobre un prolífico compositor y un gran empresario.
El señor Adrián Puerta, hijo del cantante, autor, compositor y gran guitarrista, don Miguel Ángel Puerta (Nova) dice: “Excelente nota Óscar, muy sincera y completa…Este artista, de quien lo digo muy respetuosamente tampoco fui su gran admirador pero sí me escucho varios temas…”
Don William Ríos G., gran melómano, dice: “Felicitaciones, gran artículo”
Nos llega un nuevo mensaje de la señora Amparo Tabares: “…me parece muy pertinente que en su agradable artículo, el carismático hombre de radio e investigador musical, don ÓSCAR BOTERO FRANCO, reconozca y defienda la autoría de la canción “Nadie es eterno”…Muchas gracias por hacer claridad a quienes tenían dudas al respecto.”
La señora Bárbara Muñoz ha enviado el siguiente mensaje: “Felicitaciones don Óscar, qué bueno escuchar otros conceptos. Lo conocí en el 85 siendo secretaria donde él era afiliado, algo parecido a Acimpro, y desde ese tiempo se destacaba su liderazgo. Gracias don Óscar”.
El Dr. Fabio Casas, coleccionista, investigador musical, productor radial y muy ligado al Club de la Sonora Matancera, nos ha hecho llegar un email con el asunto de “Nadie es eterno en el mundo – Versión original de Tito Cortés (1951)”, del que también tuvieron conocimiento los señores Alejandro Gutiérrez De Piñeres y Grimaldi, Orlando Melo Montenegro y José Portaccio Fontalvo, entre otros, del cual extractamos un aparte que dice: “…En 1951 realizó su primera grabación Alma Tumaqueña (refiriéndose a Tito), la cual fue seguida por el tema Nadie es eterno en el mundo. Luego produjo obras obras famosas como Reconciliación, Derrumbes, Dos claveles… Su estilo y forma de interpretar las canciones, dejaron una huella y siempre se le recordará por su canción premonitoria, grabada en 1951: “Nadie es eterna en el mundo”.
Disculpas, corrijo el último párrafo del comentario anterior: …eterno en el mundo”.
Y la señora Bárbara Muñoz, envía un nuevo mensaje que dice: “…Muy apreciable su artículo, qué bueno conocer anécdotas de primera mano”
Don Jairo Zapata Agudelo, investigador musical, productor radial y de tv, empresario, fotógrafo, miembro de la Tertulia del Málaga, nos envió un chat que dice: “Maestro, Óscar Botero. Me parece muy justo su escrito sobre el maestro Darío Gómez Zapata. No era de mis ídolos, pero sí puedo decir, que Darío Gómez, fue un gran compositor, y sobre todo una persona que trabajo duro para llegar y ocupar un lugar dentro de la música, comparto con usted el que la letras de “Nadie es eterno” sí alguien se sentía dueño de ese tema, la derecha, es haberlo reclamado en vida de Darío Gómez…Maestro Óscar Botero, me consta de la calidad de investigador que usted profesa, y también sé de su prudencia…Felicitaciones compañero y amigo.”
He tenido conocimiento que el dúo argentino de los hermanos Visconti y el cantante ecuatoriano Segundo Rosero, también grabaron el tema “Nadie es eterno”, cada uno a su estilo. Posiblemente haya más versiones.
Buen día. Estamos de acuerdo, su música nunca fue de mi agrado. Los eruditos en música como usted, son los que hacen mucha falta para educar este pueblo con tan poco conocimiento musical. Felicitaciones, maravilloso artículo.
El reconocido hombre de radio, poeta, autor y compositor, don Emilio Rivera Muñoz, nos escribió lo siguiente: “Óscar buenos días. En el comentario que hiciste con relación a la vida y obra del “Rey del despecho”, se hace palpable la manifestación humana de la sinceridad al evaluar calidad de voz y la aceptación de los demás ingredientes que ubican a Darío en el pedestal de los mejores. La verdad es un cielo al señalar pautas humanas”
El 11 de agosto del presente año, el señor Alcides López, productor del programa radial “Cita con los recuerdos”, nos envió un chat, del cual extractamos unos apartes: “…Muy equilibrado tu artículo. …Lo de Gómez, “Nadie es eterno”, no concuerda con la forma tan ramplona y desapacible como él escribe. Es diferente, muy diferente. Por lo tanto, no parece ser él, el autor. Así lo examino”.
El productor y director de “Hasta que el Cuerpo Aguante”, señor Ernesto Martínez F., nos ha escrito lo siguiente: “Sí, excelente el artículo y yo también lo felicito, una lectura amena y aunque usted expresa que tal vez no fue de su agrado en su momento este cantante, usted dió un excelente punto de vista, gracias”.
LO FELICITO!! M e gustan sus escritos por la seguridad, confianza y firmeza que pone en ellos, además de la objetividad e imparcialidad y objetividad de sus puntos de vista. Escritores como Usted hacen falta para que nosotros, los lectores, aumentemos nuestro conocimiento sobre tales temas. Saludos desde México.
Apreciado señor J. Jesús Lemus Delgado, saludo cordial desde Medellín (Colombia). Muchas gracias por sus comentarios, es usted uno de mis lectores más constantes desde hace varios años. Mi agradecimiento es imperecedero. Un abrazo!
En lo personal me gusta mucho esta canción y desconocía su origen. LO FELICITO DON OSCAR BOTERO por tan bonito y cimentado reporte que hace sobre su autor Darío Gómez, que en paz descanse, y la citada canción “Nadie es eterno”; pero también es loable reconocerle a Usted el uso que le da a sus bastos conocimientos periodísticos para emitir una opinión imparcial y a todas luces justa.
Fue en la voz de Antonio Aguilar, que en paz descanse, uno de mis cantantes y artistas favoritos, donde conocí esta bella canción.
Me ha gustado su reportaje, desde México le envío mis deseos de salud, felicidad y éxito.