Carlos Gardel, el más conocido representante del género en la historia del tango, falleció hace 79 años, el 24 de junio de 1935. Uno de los sobrevivientes del accidente en que murió Gardel describió como fueron los últimos instantes del cantante a bordo del avión, qué dijo y que fue lo que sucedió. El sobreviviente, José María Aguilar, fue entrevistado por el periodista Eros Nicola Siri en el mes de enero de 1936, para Caras y Caretas y reveló esta conversación entre él y Gardel:
— Mira, hermano, yo no sé si me estaré poniendo viejo, pero te juro que me parece que algo grave va a pasar…
— No seas pesimista, Carlitos, ¿qué puede pasar?
Gardel, por toda respuesta, empezó a entonar suavemente “Mi Buenos Aires querido”.
Serían poco más de las 14 cuando el piloto Samper puso en marcha el gran motor central del avión, pero el trimotor no levantaba vuelo, estaba demasiado cargado y llevábamos más de tres mil litros de nafta en los tanques.
Cien metros más adelante, otro avión de la misma compañía se disponía a levantar vuelo en una ruta cruzada a la nuestra. Siguió avanzando más y más… Ahora directamente al gran depósito de gasolina del aeródromo que almacena millares de litros de nafta. El choque fue horroroso, inenarrable; algo así como si cien quintales de dinamita hubiesen explotado simultáneamente. Yo oí un crujido espantoso y fui lanzado contra una de las paredes de la cabina, al tiempo que un torrente de nafta en llamas inundaba el compartimiento de los pasajeros, los que, desvanecidos, formaban un montón con los escombros y las maletas destrozadas. Carlitos, que iba sentado en uno de los primeros asientos de la cabina, estaba inmóvil; lo llamé a gritos, pero no respondió. Estoy seguro que el choque le produjo una conmoción cerebral y murió instantáneamente…